"La gente no busca razones para hacer lo que quiere, busca excusas"
William Somerset


5.10.08

Súcubos

El súcubo (del latín succŭbus, de succubare, «reposar debajo»), según las leyendas medievales occidentales, es un demonio que toma la forma de una mujer guapa para seducir a los hombres, sobre todo a los monjes, en sus sueños, para tener relaciones sexuales con ellos. De esta manera, absorben la energía del hombre para mantenerse, y a menudo, llegan hasta tal punto, que pueden dejarlo agotado o incluso matarlo.

Los súcubos más conocidos son Lilith, Abrahel, Baltazo, Bietka, Filotano, Florina Vasordie y Mancerinio. Uno de los más relevantes en la demonología es Lilito. Este se trasformaba en una mujer de opulentas formas a la que gustaba seducir a los artistas para que la utilizasen como modelo en sus creaciones, especialmente si se trataba de motivos religiosos.

Según el Malleus Maleficarum o Martillo de Brujas, los súcubos coleccionan el semen de los hombres con los que durmieron. Este lo usarían para embarazar a las mujeres. Así, se suponía que los niños que serían engendrados, serían más susceptibles a la influencia de los demonios.

Según algunas creencias, los súcubos se podrían transformar en íncubos con el semen recientemente recogido impregnando a sus víctimas. Éste hecho respondía a la creencia de que los demonios no podían reproducirse naturalmente, sin embargo los íncubos podrían fertilizar a las mujeres. El tener hijos con retraso mental o alguna deformidad era señal de que uno o ambos padres eran demonios.

En el siglo XVI, una talla de un súcubo fuera de una posada, indicaba que también funcionaba como burdel.

La palabra «súcubo» proviene de una alteración de succuba, procedente del latín y que significa prostituta. La propia palabra deriva del prefijo sub- que significa «debajo de, debajo», y del verbo cubo, que significa «yo quedo». Por lo que súcubo es alguien que queda bajo otra persona, mientras que un incubus (latín in-, la posición en este caso es «en la cima») es alguien que queda encima de otra persona.

La leyenda de los súcubos es una explicación del fenómeno de las poluciones nocturnas y la parálisis del sueño.

Una versión conocida del súcubo en la creencia oriental es el um al duwayce (أٌم الدويس). Esta retrata al súcubo como una mujer bonita, atractiva y perfumada que vaga por el desierto sobre un asno. Ella intenta atraer a los hombres, para así tener relaciones con ellos mientras, con la vagina dentada que posee —unas afiladas «navajas de afeitar» dentro de su vagina—, les rebana el pene, para así dejar al hombre agonizando de dolor. Habiendo dejado al hombre desvalido, ella toma la forma del hombre y lo mata. Algunos creen que además se los come vivos.

Las experiencias de visitas sobrenaturales claras pueden ocurrir por la noche en forma de alucinación hipnogógica. Hasta el momento, las emisiones nocturnas y otras ocurrencias sexuales o misterios son, en algunas culturas y círculos, culpa de un demonio que pecado como un súcubo.

Ejemplos de súcubos extraídos de la mitología y la fantasía son:

  • Abrahel
  • Baltazo
  • Bietka
  • Filotano
  • Florina Vasordiel
  • Mancerinio
  • Lilit y los Lilim (Judaísmo)
  • Lilitu (Sumerio)
  • Rusalka (eslavo)
  • Elizabeth Leslie (pueblo el palomar)

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