"La gente no busca razones para hacer lo que quiere, busca excusas"
William Somerset


24.8.08

Entrevista a Sabina Berman

Susana Alicia Rosas
entrevista a Sabina Berman


"Soy muy buena ama de casa"

Me fascina la arquitectura del lenguaje




Recuerdo que Vicente Leñero decía: ‘Uno se pasa escribiendo historias, voltea y se pregunta ¿y yo, qué historia he estado contando?’ Y no la ve". Así responde la escritora de prosa y teatro a la pregunta expresa sobre cómo es el personaje que vive como Sabina Berman. La también directora teatral sencillamente confiesa que no tiene tanta conciencia del personaje que es. Por el momento, Sabina ha vestido su persona de impecable lino blanco y nos recibe en su estudio de la colonia Condesa, lugar donde su mente construye personajes que dan voz a sus ideas.

¿Escribes para no aburrirte?

Escribo porque me fascina la arquitectura del lenguaje. Me fascina usar lo que ya existe en el lenguaje y construir cosas. Es el oficio con el que me gano la vida y con el cual, a veces, justifico que estoy viva.

Entonces, sí justificas el aire que respiras.

A menudo sí, pero de pronto no. A veces tengo sentimientos mezquinos u omito lo que debería hacer. Muerte súbita marca un momento crucial en mi vida, creo que es generalizado, se llama la crisis de los 30 cuando uno ya no es "esa joven que promete", uno ya es lo que es.

¿Qué haces con tus pensamientos mezquinos?

Los asumo como el personaje villano que también soy. Los pensamientos mezquinos son una pérdida de tiempo y de salud mental, trato de escuchar lo que sabe agrio porque de pronto tiene indicios de cosas interesantes y después cambio de canal.

¿Qué es lo que "deberías" hacer, que no haces?

Desde niña tengo el tormento de que soy una única persona. Cuando me preguntaban qué quería ser decía "quiero ser presidenta, bombera, psicoanalista, pintora y rocanrolera", y me parecía que tal vez era posible hacer todo. Después llegué a la crisis de los 30, entonces constantemente quedan tantas cosas que uno pudo haber hecho. Este es un lado de la vida que me atormenta.

¿Cuántas veces te dijeron que "prometías"?

Varias, además yo siempre andaba prometiendo, en muchos sentidos. Pero ya me volví una persona seria, ya no prometo lo que no voy a hacer.

¿La claridad de pensamiento del hecho de escribir te llega sola, la buscas, nunca te llega?

Cuando escribo sé lo que estoy haciendo y a dónde voy. He aprendido a tener paciencia con ese proceso de la mente que es mucho más que individual y ver cómo la mente va juntando las piezas tomando de la realidad una situación, formulando imágenes, expresándose en sueños, tomando modelos de la dramaturgia clásica.

¿Eres tu capataz y tu propia esclava?

¿Cómo dice la frase de Muerte súbita?: "Soy mi propio capataz, mi propio esclavo y mi propio gurú". Aparentemente nadie necesita una novela u obra de teatro más, por eso uno tiene que ser su propio capataz al decir "disciplínate, trabaja, no preguntes tanto". En lugar de "Levántate y anda" es "Siéntate y escribe".

Cuando no se te ocurre algo, ¿vas de compras?

Nunca he hecho eso. (En cuanto a ir de compras) lo he simplificado. Tengo un X número de atuendos formales y otro X número de informales; trato de que estén impecables y no tengo más ni menos.

¿Cómo llegaste a esa simplificación?

Cuando empecé a dirigir no tenía tiempo para pensar en "qué me voy a poner", "cómo me voy a ver". De pronto el tiempo es contado y, sin embargo, uno quiere sentirse bien en su piel. No quiere que lo que se pone traicione lo que uno es. Eso se lo aprendí a la gente de cine.

¿Qué tan buena ama de casa eres?

(Entre risas repite la pregunta y seria responde) Soy muy buena ama de casa, me gusta que mi espacio privado —que es absolutamente privado ¿eh?— sea hermoso; que tenga pocos objetos porque como vivo con objetos simbólicos que son las palabras, no quiero que se me impongan muchos en mi cotidianidad.

Parafraseando tu novela Amante de lo ajeno, ¿tiendes hacia "los amores nutrientes y esperanzadores o hacia los amores de hambre y veneno"?

Hacia los amores esperanzadores. Ahora, espero que no me suceda alguna desgracia en el camino. De lejos es muy interesante la gente, de cerca algunas personas persisten en mantenerse interesantes. Hay muchos tipos de amores, pienso que todas las relaciones están basadas en el amor, a veces es un amor distorsionado, otras es claro; a veces involucra a los cuerpos o los intelectos; a veces es un amor que involucra la pura vibración de las personas. Lo que he aprendido es a abrir el abanico de las posibilidades del amor.

¿De quién aceptas la adulación?

No tengo un enjuiciamiento de lo que acepto o no, pero uno se da cuenta de lo que es. La palabra adulación tiene un tinte maligno, de mentira, yo creo fervientemente en los poderes de la admiración, me gusta trabajar con personas que admiro.

¿A quiénes admiras?

¡Uy!, ¡qué barbaridad!, a muchas personas. Una de las razones por la que me dedico a escribir es porque seguido admiraba a tantos escritores. A mí me gusta estar en un ambiente de admiración y me gusta admirarme de la vida. Prefiero ese ambiente luminoso.

¿Fuiste niña traviesa?

Fui muy traviesa, me corrían de la escuela a cada rato, no podía estarme en paz. Cuando terminé la secundaria no me dieron carta de buena conducta, entonces fue muy difícil encontrar una prepa en donde se les olvidara pedirme la carta.

¿Mamá o papá te jalaba las orejas?

Ambos, pero mis padres son gente que atravesó por el psicoanálisis, entonces nunca violentaron mi cuerpo.

¿Atravesaste por el psicoanálisis?

Por supuesto. De los 18 a los 22 años. Ya me gradué, me dieron de alta. Además, estudié psicología; casi a finales de la carrera me topé con el teatro. Ejercí la psicología por algunos años, pero había mucha competencia de tiempo entre las dos vocaciones.

¿Consideras pecata minuta ostentar una belleza aceptada universalmente?

Creo que la belleza es un privilegio y es un hecho que provoca privilegios.

¿Cuál sería el privilegio de tu propia belleza?

(Entre risas) ¿De mi propia belleza? Me has dejado sin palabras. Eso es un acto de adulación de tu parte. No me considero una persona bella.

¿No te miras al espejo y te dices "qué bonita soy, qué bien amanecí hoy"?

No es la historia de mi vida. Crecí con una hermana que es extraordinariamente bella y tal vez por eso mi definición de belleza no me incluye a mí. Mi hermana era la bella y yo la traviesa y supuestamente inteligente, definición que a las dos nos ha pesado. Ahora ella está terminando su doctorado en Filosofía porque ya se ha liberado de esa definición. En Muerte súbita tengo varios comentarios sobre la belleza y varias de las frases son tomadas textualmente de mi hermana. Como cuando Odiseo le dice a Gloria "eres una bella persona", ella le responde "sí, ya sé, pero…" y habla de otra cosa. Algo así como "puta, ¿de nuevo lo mismo?"


Susana Alicia Rosas es comunicóloga por la UNAM.

2 Opiniones:

Guillermo dijo...

Excelente entrevista!!!

Sabina Berman es una de las mujeres más auténticas y valientes dentro del mundo intelectual y con un compromiso genuino.

Anónimo dijo...

Completamente de acuerdo con Guillermo. Para quienes quizás no les atraiga leer teatro (género literario en el que más ha destacado) recomiendo la novela "Amante de lo ajeno" (poco conocida como suele ser el caso de la narrativa escrita por escritores mayormente como dramaturgos/as). Su última novela "La mujer que buceó en el corazón del mundo" ha sido traducida a 11 idiomas, y está en mi lista de libros para leer próximamente.

Si no les interesa tanto la literatura, pero sí la actualidad mexicana, recomiendo el programa Shalalá, en Televisión Azteca, en donde semanalmente se entrevista a algún personaje importante de la actualidad mexicana (deportistas, políticos, pintores, caricaturistas, etc, etc). El sitio web contiene un archivo de programas anteriores:
http://www.tvazteca.com/notas/shalala/22336/sabina-berman

Bastante material valioso. Gracias, Sabina.